Nos salimos un poco del guión establecido para
hablarte de una alternativa divertida y diferente con la que puedes
completar tu
entrenamiento, añadiendo una más que
interesante variación.
Estamos haciendo referencia a salir a patinar. Una actividad que cada
día tiene más adeptos. Así que no es de extrañar que te cruces con un
grupo de patinadores en tu propia ciudad.
Aunque te resulte un poco chocante, la práctica del patinaje no solo te
ayuda a mantener tu estado de forma, sino que también es un buen método
para incluir en la
'operación bikini',
y perder esos kilos que sobran. Y es que muchos de nosotros
desconocemos estos datos, pero al tratarse también de un ejercicio
mayormente aeróbico, estás quemando casi la misma cantidad de
calorías que cuando sales a correr. Además, cuenta con la gran ventaja de que su impacto sobre el terreno es más reducido, y nuestras
articulaciones sufren menos.
Desde luego que no hace falta realizar espectaculares cabriolas y
acrobacias, como si fueses un auténtico profesional. Basta con un simple
paseo diario para que empieces a notar sus beneficios.
Con sesiones de media hora, que podrás incrementar de forma progresiva, mejorarás tu
resistencia aeróbica y tu
coordinación.
Además, tonificarás, sin apenas darte cuenta, tu tren inferior, ya que
ejercitas las piernas y los glúteos. En estas zonas se suele acumular
más grasa, con lo cual también se constituye como una fórmula válida
para perder peso.
Otra de sus grandes virtudes es que también puede
aliviar los problemas musculares,
derivados de contracturas en la espalda, cuello y hombros.
Especialmente para todas aquellas personas sedentarias que se pasan
horas y horas delante de la pantalla del ordenador.
Técnica y recomendaciones
Como en todo ejercicio que se precie, antes de iniciar la sesión de
patinaje es conveniente llevar a cabo un calentamiento previo con
estiramientos de dedos, pies y tobillos fundamentalmente.
Con la finalidad de mantener el equilibrio, la posición correcta
consiste en tener las rodillas un poco flexionadas y el cuerpo
ligeramente inclinado hacia delante. En este sentido, ten en cuenta la
máxima de cuánto más rígido y recto esté tu cuerpo, mayor riesgo de
caída hacia atrás.
Cuando dejes los patines, también es recomendable realizar una suave
tabla de abdominales para contrarrestar el esfuerzo de la zona lumbar
por inclinado mientras patinas.
Y por supuesto, independientemente del nivel que tengas, la protección
es imprescindible. Protege rodillas, muñecas, codos, e incluso la
cabeza, porque cualquier caída puede acarrear
lesiones importantes y sustos desagradables.
Por cierto, no te preocupes, si nunca te has puesto unos patines,
aunque parece difícil, el truco se pilla antes de lo que te imaginas.
Así que si te atreves, prepárate para combinar deporte y diversión.
Autor: GORKA SEDANO | BILBAO.
